🎂 ¡ChatGPT cumple 2 años!
En noviembre de 2022 vio la luz la primera IA generativa de texto. Han cambiado muchas cosas desde entonces, y esto es solo el principio. Comienza el año 3 después de GPT.
Para la mayoría de las personas, aquel 30 de noviembre de 2022 fue un día normal: el Covid-19 ocupaba todavía alguna portada en prensa, aunque la conversación social estaba en Qatar, con el mundial de fútbol. Lo que nadie esperaba era el gran ‘tsunami’ tecnológico que comenzaba en la costa oeste de Estados Unidos y que en poco más de una semana arrasaría el mundo entero. En seis días, ChatGPT logró llegar a más de un millón de usuarios.
Dos años más tarde, la compañía ha superado los 200 millones de usuarios semanales. En la actualidad, la IA ya ha pasado a formar parte de la agenda diaria de inversores, gobernantes y ciudadanos. Nvidia ha experimentado un crecimiento exponencial sin precedentes, la Unión Europea abandera la regulación, y las startups de IA se han multiplicado.
El plan de OpenAI: se ha hablado muchas veces de la hoja de ruta que los creadores de ChatGPT no dudaron en compartir con 5 niveles: IA conversacional, razonadores, agentes, innovación y organizacional. Su objetivo: llegar a desarrollar una IA capaz de realizar el trabajo de organizaciones enteras (empresas, instituciones…).
De momento, podemos decir que se ha alcanzado el nivel 2 de razonadores. Es decir, una IA que va resolviendo un problema paso a paso. Ahora queda la parte más difícil: lograr crear agentes capaces de pasar a la acción y controlar, por ejemplo, un ordenador. A largo plazo, los de Sam Altman se plantean la posibilidad de que la tecnología llegue a realizar el trabajo de organizaciones enteras.
Competencia: Las tecnológicas que ya disponían de plataformas con muchos usuarios, como Microsoft o Google, están liderando también la batalla por reconvertir sus servicios a la IA. Posiblemente, la mayoría de organizaciones han visto llegar esta tecnología a través de Copilot, que se está integrando en el ecosistema de las aplicaciones de Office. Lo mismo ocurre con Google, que ya está incorporando Gemini a su correo electrónico. Por no hablar de Adobe, que ha impulsado su ‘suite’ de herramientas bajo el paraguas de ‘Firefly‘. Todos ellos son pasos naturales que acercan la IA generativa a un consumidor todavía ‘dormido’.
En el futuro, se espera que Amazon y Apple, que cuentan con millones de altavoces inteligentes en los hogares, apuesten en firme por esta tecnología como motor para sus asistentes inteligentes. No hacerlo les situaría en una desventaja competitiva imposible de salvar. La plataforma de comercio electrónico ya está dando pasos para actualizar su Alexa con el modelo Claude, de Anthropic.
El año tres de la Era GPT
Podríamos intentar describir cómo será el futuro, pero ni siquiera la mejor IA sería capaz de hacerlo. Viendo el ritmo que ha cogido la innovación, lo mejor es leer Paréntesis MEDia todos los días, como mínimo la sección de (Destacados), y no dejar de iterar.
(En cifras)
JUEGO DE 'PROMPTS'
Cómo ha cambiado OpenAI por dentro: ¿Por qué ya no quedan cofundadores?
Al cumplirse el segundo aniversario de ChatGPT, OpenAI no solo celebra los éxitos alcanzados por su producto estrella, sino que también reflexiona sobre un periodo marcado por convulsiones internas y desafíos significativos. La firma, que vio la luz el 11 de diciembre de 2015 de la mano de visionarios como Ilya Sutskever, Greg Brockman, Wojciech Zaremba, Andrej Karpathy, John Schulman, Elon Musk y Sam Altman, ha experimentado cambios dramáticos en su estructura directiva, con impactos notables en su estrategia y operaciones.
Las 'luchas' internas
La historia reciente de OpenAI está llena de giros narrativos dignos de una novela. El episodio más llamativo ocurrió hace aproximadamente un año, cuando Sam Altman fue destituido de su cargo de CEO por la junta directiva, en un movimiento liderado por figuras influyentes como Helen Toner e Ilya Sutskever. Sin embargo, esta decisión fue efímera, ya que la intervención de Satya Nadella, CEO de Microsoft —uno de los principales inversores en OpenAI—, facilitó el retorno de Altman al liderazgo. Esta revuelta interna desencadenó una reestructuración de la junta, culminando con la salida de todos los miembros de la junta salvo Adam D’Angelo, y ya este septiembre de Sutskever y otros miembros clave como Mira Murati.
Actualmente, la cúpula de OpenAI se ha estabilizado significativamente. Greg Brockman, cofundador y presidente, junto con Wojciech Zaremba, siguen siendo pilares fundamentales en el equipo directivo pero no en la junta, apoyando a Altman en una etapa donde la empresa busca consolidar su liderazgo en el ámbito de la inteligencia artificial. Esta estabilidad ha sido crucial para que OpenAI mantenga su posición en el mercado, con productos innovadores que van desde sistemas de IA multimodal hasta la integración de ChatGPT en plataformas de terceros como Apple y Microsoft. Quizá lo más relevante es que la ‘nueva’ OpenAI tras el terremoto del año pasado es que ha dejado de ser una organización sin ánimo de lucro, y está totalmente orientada a negocio. Han perdido los altruistas tecnológicos como Sutskever, Honer y Tasha McCauley y se ha impuesto la visión de Altman más pensada en ganar dinero.
Trump en la Casa Blanca
Los desafíos no se limitan a la gestión interna. La reciente victoria electoral de Donald Trump y la influencia creciente de Elon Musk presentan nuevos retos regulatorios y políticos que podrían afectar las operaciones y la expansión de OpenAI. La relación entre la política y la tecnología nunca ha sido tan palpable, y la manera en que Altman maneje estos desafíos será decisiva para el futuro de la empresa. Musk fue el principal inversor al inicio de OpenAI y su relación con Altman no es precisamente buena. Ahora Musk influye sobre Trump, y se tendrá que ver si los contratos de la administración Trump com OpenAI van a más o a menos.
Derechos de autor
OpenAI también ha tomado pasos significativos en el ámbito legal y de derechos de autor, alcanzando acuerdos con medios de comunicación para mitigar disputas legales como la del diario The New York Times, un aspecto crucial para su sostenibilidad a largo plazo. Además, la integración de su tecnología en los productos de gigantes tecnológicos como Apple y Microsoft no solo es un testimonio de su calidad y relevancia, sino que también fortalece su posición en el mercado global. Actualmente el foco está en competir con Google para que las búsquedas sumadas a la IA se las quede ChatGPT con Search y no Google con Gemini.
A medida que OpenAI continúa navegando por estas aguas turbulentas, el liderazgo de Altman y su capacidad para mantener la cohesión interna y adaptarse a los cambios externos serán fundamentales. El segundo aniversario de ChatGPT y, en pocos días, el noveno de OpenAI no solo celebra los logros tecnológicos, sino también la resilencia y adaptabilidad de una de las empresas más influyentes en el ámbito de la inteligencia artificial.
(Viral)
Dos años de ChatGPT en 4 'memes'
Por: Xavier Cánovas.
Ser ChatGPT y tener todo el conocimiento de internet tiene que ser estresante y superlativo a partes iguales.
ChatGPT también puede programar... aunque el resultado no guste del todo a los programadores. Nosotros preferimos Claude (y sus Artifacts, ideales cuando no tienes ni idea de código) o, ya en un terreno profesional, Cursor.
🤐 No hay nada más que añadir... Por suerte tienen NotebookLM.
Ya hemos vivido alguna caída suya... y nos hemos dado cuenta de lo mucho que lo necesitamos.
(semana)
Lunes ✍ Antoni Garrell: Inteligencia Artificial: un desafío ético y social para el futuro de la UE.
Martes 👨⚖️ La justicia respalda a ‘The Intercept’ en su acusación contra OpenAI.
Miércoles 🖌️ Runway lanza ‘Frames’, un paso más para mejorar el control estilístico de los vídeos.
Jueves 🎥 Se filtra Sora, la IA de vídeo de OpenAI.
Viernes ✍ Claude ya es capaz de clonar tu estilo de escritura.